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 BODA EN LA ALBUFERA
ALBA & SAMUEL | NOU RACO | 21 MAYO 2021.

Un diario de boda…
ALBA & SAMUEL | 21 MAYO 2021.

Cuando Samuel me pidió la mano, mi duda no fue si quería pasar el resto de mi vida con él, que tenía claro que sí, si no, si quería vivir ese día. La conclusión, sí quería celebrar ese día especial que nos uniría para toda la vida, siendo un día de alegría junto a la familia y amigos, siempre y cuando hiciéramos todo juntos. Tenía muy claro que no quería ser de ese tipo de novias que lo organiza absolutamente todo y el novio simplemente se las ve venir. Por eso mismo mi boda no tuvo la temática de Harry Potter como todo el mundo esperaba, ya que solo yo soy muy fan y la boda era de los dos. Dicho lo cual, comenzó el capítulo…

“NOS CASAMOS”
ALBA & SAMUEL | 21 MAYO 2021.

Lo primero que hicimos fue pensar la fecha. Fue bastante fácil porque siempre había querido casarme el día de mi cumpleaños. Es a mitad de mayo y el tiempo es muy bueno, ni frío ni calor, y es difícil que llueva. Y ¡vaya!, justo es año mi cumpleaños caía en sábado. ¡Qué casualidad! El lugar donde queríamos celebrarlo también lo teníamos claro. Si tenían libre la fecha, nos casaríamos donde llevábamos seis años celebrando el cumpleaños de Samuel. Estaba todo pensado. Por supuesto tenían la fecha libre y ya no miramos ningún sitio más. El 15 de Mayo nos casaríamos en nuestro sitio especial.

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El siguiente paso lo di yo eligiendo el vestido de novia. Y otra vez fue algo muy sencillo, miré vestidos en dos tiendas nada más. Pero analicemos esto un poco, digo que fue muy sencillo porque yo hice porque fuese un proceso sencillo. Muchas veces cometemos el error de llevar una idea de cómo queremos que sea el vestido y entonces llega el drama. Así no quiero las mangas, esta cola es muy simple, quiero un corte de sirena y, cuando me pruebo uno me llevo el disgusto de que ese estilo no me favorece nada… y así sucesivamente. Yo solo tenía clara una cosa, fuera velo. Ni siquiera me probé uno por ver que tal. Sinceramente, siempre me había imaginado con un super vestido corte de princesa, pero cuando llegué a la tienda y me preguntaron que buscaba, contesté, “sácame todos los estilos. Hemos venido a pasar un día divertido y a descubrir que estilo es el mío”. Al final, pues que tuve la suerte de que los vestidos me iban quedando bien, y los iba descartando a la frase de “con este voy incómoda”, “con este igual tengo fresco”, “¡ostras! con este vestido solo se me ve la cabeza” y así hasta que llegó el que sería el elegido. ¡Sorpresa! Era un corte princesa.


Los regalos los elegimos justo en la tienda que había al lado de donde me compré el vestido de novia, y tampoco nos recorrimos veinte sitios. Entramos allí a mirar y salimos de allí con todo elegido. Esto estaba siendo muy fácil.

Llegó la feria de fiesta y boda, un lugar que recomiendo a todas las parejas de novios porque sales de allí con todo lo necesario, y más. Allí escogimos todo lo que nos faltaba. Vi un ramo precioso, me probé una tiara digna de una reina, Samuel escogió su tienda de trajes de novio, vimos las invitaciones más originales, y encontramos a Israel (video-boda.es) . Nosotros íbamos buscando un fotógrafo de boda con un estilo relajado y que no nos hiciera sentir que éramos maniquís, y nos fuimos de allí, no solo con un fotógrafo maravilloso, si no habiendo contratado también el vídeo y algún extra más.


Los meses iban pasando y nosotros lejos de estar nerviosos, estábamos felices. “Mañana tengo la prueba del traje de novio”, “me voy a ver mis accesorios de novia”, “¿me quedará bien este peinado para la boda?”.

En navidad empezamos a repartir las invitaciones, y el tema por excelencia siempre era el mismo, las ganas que teníamos todos de que llegara el día. Nos lo íbamos a pasar genial. Pero claro, todo estaba siendo demasiado bonito. Hasta ese momento ni una sola pega, ni un solo disgusto, nada de agobios, pero llegó marzo. ¿Y qué más da?, pensaréis vosotros. Claro, es que no os lo había comentado, llegó marzo de 2020.

LA PANDEMIA EN MI BODA
ALBA & SAMUEL | 21 MAYO 2021.

No os creáis que el agobio llegó de inmediato, no. De hecho, al principio nos lo tomamos muy bien. Compramos un rollo de papel para hacer los sobrecitos de arroz, con el que vamos a poder envolver los regalos de nuestros tataranietos y aún sobrará un poco, nos hicieron un sello la mar de bonito para personalizar las etiquetas de los regalos y hasta de nuestras muñecas a modo de tatuajes no permanentes, compramos muebles para la casa, ya que estaba muy vacía y el día de la boda salíamos los dos de ahí… Y de quince en quince, llegó mayo, y las restricciones ahí seguían. ¡Oh, oh! El agobio al fin llegó a nuestra vida en forma de llamadas de móvil, de la tienda del vestido de novia, de la floristería, de los invitados que no tenían qué ponerse, a la agencia de viajes, de Israel… y todos nos preguntaban lo mismo “¿vais a retrasar la fecha?” Nuestra respuesta, una muy mala, “no lo sabemos”. Así que el restaurante y las restricciones tomaron la decisión por nosotros. Nos dijeron que lo mejor era retrasar, que por ellos no había ningún problema. ¿Qué pasó? Que ya no nos casábamos en la fecha que tanta ilusión me hacía. ¿Y qué pasa cuando te creas expectativas? Que cuando no se cumplen llegan los disgustos.

Música de bodas - grabadas en nuestras bodas

Hablamos con el restaurante y con Israel para acordar una fecha que les cuadrara a ellos, a nosotros nos daba “igual”. Total, ya no iba a ser nuestra fecha. Pero no creáis que era todo un drama, no. Los siguientes meses no pasaron llenos de rabia, de llantos o de enfados. El problema era que tampoco teníamos ilusión. De repente, ya no iba a ser esa boda primaveral, llena de ilusiones, pasándolo bien y disfrutando del día. La perspectiva era una fiesta que poco tenía de fiesta. Mascarillas, distancia social, prohibidos besos y abrazos y el alcohol, para las manos. Ahora nos hemos acostumbrado, pero en septiembre de 2020 el plan sonaba bastante mal. ¿Qué pasó? Que volvimos a posponer la boda… otra vez.


Fueron pasando los días, llegaron las vacunas, las restricciones se relajaban y de repente, una mañana sonó el despertador, Samuel y yo nos miramos a los ojos y dijimos a la vez “¡Eh! Qué hoy nos casamos”.

VIDEO DE BODA EN NOU RACO
MOMENTOS GRABADOS EN LA BODA DE ALBA & SAMUEL

NUESTROS VOTOS DE BODA
VIDEO DE BODA EN NOU RACÓ

SHORT FILM
RESUMEN DE BODA EN NOU RACÓ

ALBA & SAMUEL | NOU RACO | 21 MAYO 2021


Uno de los grandes momentos de su boda, es los votos de la boda. Un gran momento lleno de cariño y emociones que percibe en los ojos de los novios. También hay destacar la entrega de ramo y pedida de mano de una amiga suya en la boda. Momentos emocionales grabados con el máximo cariño para ser recordados siempre.

EL DíA DE LA BODA
UNA BODA ILUSIONANTE EN NOU RACÓ EN LA ALBUFERA .

Esa mañana nos levantamos con muchísima ilusión. Preparamos el desayuno para todas las personas que esa mañana iban a ir llegando a casa, y mientras llegaba Israel con sus compañeros, me hice los rizos del pelo y me entretuve poniéndome cremas. Una vez llegó Israel, empezó el “show”. La hermana de Samuel haciéndole las trenzas del pelo, yo mientras maquillándome, la gente empezando a llegar poco a poco, e Israel inmortalizando cada momento. No se si habréis caído en la cuenta, Samuel y yo nos estábamos poniendo guapos juntos. Fue muy divertido y un quita nervios. Todas las fotos nos las hicimos en el salón, así que a la hora de que Samuel tuve que ponerse su traje de novio, me fui al baño con mis amigas a charlar. Yo notaba que estaba todo el mundo muy nervioso y, no se por qué, eso hacía que yo estuviera más tranquila todavía. Alguien tenía que mantener la calma, y que mejor que esos fueran los novios. Mirad si estaban nerviosos a mi alrededor que cuando me tocó el turno para ponerme vestirme, me pusieron el vestido antes que el cancán, y los zapatos que iban atados y tenía que haberme puesto lo primero, fueron los últimos. Esa iba a ser la anécdota de la mañana. Bueno esa, y que el gato se nos fue de picos pardos por el rellano y no sabíamos donde estaba.

Samuel y yo habíamos decidido que íbamos a vernos por primera vez en casa, y de ahí nos iríamos al ayuntamiento juntos. Y la verdad que fue una muy buena decisión. Nos hizo mucha ilusión vernos en “privado” primero. Toda la boda la estábamos viviendo como algo muy íntimo nuestro, con muchos detalles que solo nosotros entenderíamos, y nos hacía mucha ilusión que todos estos recuerdos quedaran en nuestra casa

ENTREGA RAMO DE NOVIA
& PEDIDA DE MANO


Se hizo la hora de marcharnos al ayuntamiento y cuando bajamos a la calle, ahí estaban casi todos los invitados esperándonos. Eso no nos lo esperábamos, y fue uno de los momentazos del día. No pudimos parar a saludarlos porque llegábamos tarde al ayuntamiento, y teníamos que ¡casarnos!, así que fue muy divertido saludarlos a todos mientras corríamos al coche para ir a nuestra primera boda del día. La idea era que iríamos al ayuntamiento con nuestras testigos, nuestros padres y hermanos y nuestra chica de los anillos, nos leerían el acta, firmaríamos y venga, corriendo a la segunda boda, la que recordaría todo el mundo. Pero ahí nos equivocamos. El momento en el ayuntamiento fue muy bonito también. La chica que nos casó nos leyó incluso un poema. Todo el mundo nos decía que en el ayuntamiento era todo muy frío y nuestra experiencia fue totalmente al contrario, nos gustó mucho. De ahí nos íbamos ya al restaurante a casarnos en la Albufera, como dos buenos valencianos y falleros, pero antes hicimos una mini parada, en la tienda de vestidos de novia, para que mi modista me viera. A la mujer le dimos una alegría, incluso nos hicimos fotos con ella y todo. Y ahora sí, llegó el momento de subirnos en mi Fiat 500 verde lattementa para poner rumbo a nuestro gran día.


Podría contaros con pelos y señales cada momento, cada sentimiento, cada sorpresa, todos los detalles, pero creo que las fotos y los vídeos de Israel hablan por sí solos y todo lo que yo pueda decir sería repetitivo. Solo hay una cosa que Israel no pudo inmortalizar...

Las luces del restaurante se encendieron y los camareros nos pidieron amablemente, que fue bonito pero que querían recoger, así que los invitados empezaron a despedirse, los amigos nos dijeron donde nos íbamos a tomar algo, nos hicimos el penúltimo “selfie” con Israel y su compañero, nos despedimos del encargado del salón, y de repente, ¿dónde está el autobús? ¿dónde están nuestros amigos? ¿Eso que me ha caído en la cara era una gota? ¡Corre, sube al coche que nos mojamos! ¿os acordáis como empezó la mañana? Pues así terminó también. Nos subimos corriendo al coche, cerramos las puertas, nos echamos a reír y entonces… entonces volvimos a mirarnos a los ojos, pero esta vez lo que dijimos fue: “¡Eh que nos hemos casado!”

LOS VOTOS DE LA BODA
YA SOMOS MARIDO Y MUJER. QUE RARO SUENA

Para despedirme os quiero escribir los votos que le hice a Samuel. Creo que es un resumen de lo que vivimos ese día y de lo que para mí significó todo el proceso de nuestra boda. Y ¿quién sabe? Igual inspiro a alguien con esos votos que a veces no terminan de salir. Porque no es que no sabemos que decir, es que no sabemos cómo decirlo. Tranquilos, yo tampoco lo tenía claro, pero una mañana de charla con Israel y nuestro ceremoniante, y de repente, encontré mi cómo.

TEXTO ORIGINAL VOTO DE BODA DE ALBA

Bueno Samuel, al fin estamos aquí. Hace un año y seis días que tendríamos que haber vivido este momento, pero las circunstancias nos lo impidieron. ¿Lo bonito? Que aquí seguimos, insistiendo. Porque una fecha no puede marcar un momento, y nosotros lo estamos demostrando hoy después de dos intentos, y va a ser verdad eso que dicen, que a la tercera va la vencida. Mira que la gente nos habrá preguntado veces si estábamos seguros, que igual todos esos intentos eran señales de que no teníamos que casarnos. Yo no creo que fueran señales para que nos echáramos atrás, si no todo lo contrario. Con cada piedra en el camino, hemos ido creando lo que hoy tenemos, un compromiso que va más allá de unas cuantas firmas, el vestido que llevo puesto, si te vas a cortar el pelo, o qué íbamos a comer hoy, porque al final no va a ser cena, va a ser comida… Es esta relación que surgió casi sin querer hace ya unos cuantos años, cuando aún siendo falleros de la misma comisión durante muchos años, un día nos pusimos a hablar por WhatsApp y terminamos siendo amigos. Amigos que empezaron a darse cuenta que ahí había algo más, que decidieron que se iban a arriesgar y desde entonces no se han separado nunca para nada, ni por nada. No es que estemos todo el día pegados, tú estás en el despacho con tu ordenador, yo estoy en mi sillón rojo leyendo, el gato no sabe donde ponerse y está por todas partes, pero al mismo tiempo… al mismo tiempo te quito el ordenador porque yo también quiero jugar, tú te pones al lado a programar, y el gato aprovecha y me quita el sillón rojo, para descansar, que luego por la noche tiene que jugar. Aunque hacemos cosas por separado, siempre acabamos juntos. Para mi este día es para celebrar que queremos que sea siempre así, que esto que hemos creado no se acabe nunca y por eso… Te prometo que voy a seguir enfadándome cuando no friegues los platos, porque Sí quiero que justo después pongas voz de cantante de heavy metal y me digas “jo”. Sí quiero seguir pesándote la comida, para que luego me digas que has merendado cuatro magdalenas de chocolate. Te prometo seguir escuchando todo lo que te pase en el día, y dándote mi opinión como si me hubiese sacado un doctorado en psicología. Te prometo que voy a seguir diciendo que no voy a comprar más libros, aunque los dos sabemos que eso es mentira. Samuel tenemos que aceptarlo, en el matrimonio tiene que haber al menos una mentira, y esta me pido que sea la mía. Esa y que te peso la comida todos los días… Bueno y si fuesen las siete y media de la tarde como habíamos pensado en un principio, seguiría prometiéndote cosas hasta que el sol se escondiera. Pero a las dos y pico a pleno sol, igual es mejor si abrevio un poco. Samuel no te quiero porque tengas unos ojos azules preciosos, te quiero por como me miras. Tampoco te quiero porque estés muy fuerte, si no porque sabes aguantar mi mal genio, justificadísimo por otro lado. Te quiero por como piensas, pero aún te quiero más por lo que piensas de mi. La verdad es que te quiero por muchas cosas, pero con toda la lógica del mundo, te quiero y punto. Y para acabar, ni promesas, ni sí quiero, solo pido un deseo: que dentro de 113 años, y ni uno más y ni uno menos, volvamos a encontrarnos con todos vosotros y nos preguntéis: ¿después de tanto tiempo? y que nosotros respondamos: Siempre.


Unos votos escritos de improviso, en una nota del móvil. Porque la inspiración llega cuando menos te lo esperas. Con cariño, Alba.

¡Gracias!

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