Fany & David: Su boda real y sin filtros en El Teular:
Hay historias que necesitan una segunda parte para ser eternas.
Una historia sencilla y verdadera, contada desde dentro.
Hay historias que necesitan una segunda parte para ser eternas.
Este reportaje de boda es un ejemplo de nuestro trabajo como fotógrafos y videógrafos en Finca el Teular. Puedes ver más bodas en este lugar en nuestra guía de bodas en Finca el teular, o explorar otros lugares en nuestra guía completa de masías en Valencia.
El 8 de noviembre, el sol de otoño se colaba tibio entre los árboles de El Teular, como si también quisiera ser testigo. No era un día cualquiera. Era el día en que Fany y David cerraban un círculo que llevaba abierto demasiado tiempo. Su historia no es de las que se cuentan en línea recta. Es una de esas que demuestran que hay personas que, simplemente, están destinadas a estar, aunque por el camino se pierdan, se busquen y se reencuentren. Se conocieron siendo casi niños, con esa intensidad adolescente que parece que va a comerse el mundo, y luego, la vida. Quince años de silencio hasta que una pandemia y una red social obraron el milagro.
La ceremonia fue un reflejo perfecto de lo que son: pura verdad, sin adornos. Sus amigos, convertidos en maestros de ceremonias, recordaron con una sonrisa cómo Fany, la soltera convencida, había bombardeado a David con fueguitos en Instagram. Y cómo David, que volvía a casa para visitar a la familia, se reencontró con la mujer que le haría quedarse para siempre. No había guion, solo la historia de dos personas que se sentían en casa al mirarse. Y entonces llegó Gofre, su "hijo perruno", con los anillos, recordándonos que las familias se construyen con amor, lealtad y, por qué no, cuatro patas y un montón de pelo.
Los votos fueron el corazón de todo. Fany, con la voz rota y una honestidad que desarmaba, le dio las gracias a David por haber tenido el valor de quedarse. “Has tenido el valor de quedarte a ver todas mis versiones”, le dijo, “Fany festiva, Fanyfy, Fany Drama Queen, Fany mami perruna, Estefanía, que es la versión adulta, y, obvio, no podía faltar Anabel, el demonio que llevo dentro”. Cada palabra era un trozo de su historia, un reconocimiento a la paciencia y al cuidado. Y entre risas y lágrimas, remató: “Gracias por atreverte a estar con la reina del hipopótamo. Te quiero, te amo y te adoro”.
David la escuchaba con esa calma que solo tienen los que saben que están exactamente donde deben estar. Cuando le tocó hablar, sus palabras fueron un ancla, un refugio. “Como solemos decir, somos el mejor equipo”, afirmó, y en esa frase tan sencilla se resumía todo. Le habló de cómo ella le había ayudado a crecer, a madurar. Su discurso no estaba lleno de fuegos artificiales, sino de la solidez de lo cotidiano, del compromiso real. Terminó con una promesa que resonó en todo El Teular: “Prometo quererte cada día de mi vida. Te elijo hoy, mañana y siempre”.
Sus amigos y familiares eran el eco de esa emoción. Las "sisters" de Fany, sus amigas del alma, tomaron el micrófono para recordarle, con todo el cariño del mundo, su papel estelar. “En esta amistad cada una tiene un papel, y Fany es la que pone el drama que da sentido a la nuestra trama. Pero, ¿qué haríamos nosotras sin nuestra Drama Queen?”. Era la prueba de que la conocen, la quieren y la celebran con todas sus luces y sus sombras. Por su parte, los amigos de David, Sergio y Rubén, lo dejaron claro: “Tenemos que reconocerte el mérito y agradecerte que hayas conseguido sacar la mejor versión de David”.
Este día fue un tejido de pequeños gestos. Las manos de Fany temblando al leer, la sonrisa de David que no se borraba, los abrazos que duraban un poco más de lo normal. Todo hablaba de ellos. En esta celebración, la fotografía de bodas no consistía en buscar el ángulo perfecto, sino en capturar la verdad de esos momentos. En El Teular, una de esas masías de bodas que parecen hechas para contar historias, cada rincón se convirtió en un pequeño escenario de su manera de quererse.
Para volver a este día, a las risas, a las lágrimas y a la certeza de que todo había merecido la pena, ahí quedarán la fotografía de bodas y el vídeo de bodas que construimos juntos, como una máquina del tiempo a la que poder regresar siempre que lo necesiten.
Un abrazo,
Israel — Va de Novias
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