REPORTAJE DE BODA EGUREN UGARTE

Mi pedida de mano

Me convenció para hacer un viaje a Asturias solo de 3 días, 9 horas de coche de ida, 9 de vuelta. Ese verano había venido su familia asturiana y estaba recelosos porque hacía mucho tiempo que no iba, según me dijo. Así que salí del colegio, me recogió y para allí que fuimos. Me llevó a Puerto de Vega y en un atardecer de un acantilado precioso hincó rodilla y me pidió matrimonio. Eso sí, después de que todos los planes del día le fueran saliendo fatal al pobre, hiciera un viento atroz y casi nos despeñáramos. 

Los zapatos para mí eran fundamentales, sabía que tenían que ser especiales, no de una tienda cualquiera, sino algo que de normal no me compraría, y mis amigas que me conocen muy bien se ofrecieron a regalaremos, pero no me vi capaz de pedirles tal regalo. Acabé eligiendo unos Aquazzura en color rosa oscuro, que hizo que en un principio todo el mundo que lo sabía me dijera que estaba loca, hasta que hablé con una buena amiga y me dijo que era mi boda y que hiciera lo que yo quisiera. Como yo quería llevar algo de mis amigas, les pedí como regalo el tocado y que me ayudaron a elegir. 

Las salidas a La Laurel después de los preparativos y elaboración de las diferentes decoraciones con toda la familia. La implicación que tuvieron mi familia entera, que se volcaron hasta el punto de que sus compañeros de trabajo ya no querían ni oír de la boda, y mis amigas, que hicieron que ese día fuera el evento del año, por todo lo que hicieron por mí para hacerme sentir tan especial.

Las casas

Uno de los momentos más esperamos por mí, y a los que más vueltas le di, fue el vestirme, yo quería en casa de mi abuela porque no iba a poder estar con nosotros, pero por logística fue imposible, así que seguí mis raíces y lo hicimos en mi casa de toda la vida.  Mis tías y mi prima pequeña vinieron a ayudarme a vestirme. 

 Un detalle para mi especial son los gemelos de mi padre, regalo mío por su cumpleaños, mi padre es una persona muy cariñosa, tranquila que ha estado siempre a mi lado. Me hacía ilusión que supiera lo mucho que lo quiero y que, aunque pase el tiempo, esté lejos de casa o no hablemos en varios días que nunca se le olvide.

¡Qué mi hermano se pusiera un chaqué! Creo que es la primera y última vez que veremos eso, además que estuviera mi sobrino de 15 días con nosotros tan guapo y vestido por un traje hecho por mi tía. Mi hermano es una persona rural, muy simple de gustos, muy alejado de la ciudad, le gusta pasear por el campo y disfrutar de su rebaño de cabras, por esta razón sé que fue un esfuerzo para el ponerse un chaqué, aunque tengo que decir que con el pañuelo en la cabeza en la comida, me pareció que estaba hasta cómodo con él.

Teníamos claro que la boda tenía que ser en un puente, había que movilizar a muchas personas, y queríamos que no solo fuera ir a una boda, sino a un finde a disfrutar de la Rioja. Preparamos la noche de pre-boda en el bar de mi tío y antes habíamos organizado la visita a Las bodegas Franco españolas. 

El espacio de la boda

El finde semana siguiente a la pedida, fuimos a Logroño, ese mismo viernes al llegar se lo contamos a mis padres que no se lo creían, y mi madre solo le decía a Bran, pero si tú no te quieres casar.

Vimos 3 sitios por la mañana, pero hasta la tarde no llegamos a Eguren, y al ver las vistas desde la sala de espera, supimos que tenía que ser allí. Lo demás vino poco a poco, el color de los viñedos, una bodega y montañas. Mucha esencia Rioja